Alguna vez fui de esas personas que no invertían en cursos o herramientas de desarrollo personal, los consideraba simplemente una pérdida de tiempo y dinero. Mi carrera profesional iba en ascenso y yo tenía muchas metas y objetivos que lograr en el mundo empresarial. Me encontraba muy estresada, pero trataba de convencerme de que sentirme así era parte del trabajo. Estar agobiado 24/7 es parte de las responsabilidades de una gerente, ¿no?

Me dedicaba a mi profesión con toda la persistencia, enfoque y pasión de la que era capaz. La satisfacción y la adrenalina de lograr metas se habían vuelto mi motivación. Pero a la par que aumentaba la responsabilidad y mi equipo crecía, crecían también las horas de trabajo y el esfuerzo. Junto con los éxitos y el reconocimiento, también crecían el estrés y la presión. Mi mente se había convertido en un campo de guerra, no lograba sentirme en paz, siempre en preocupación por que algo fuera a salir mal.

Hasta que un día, un contratiempo de menor importancia en la oficina hizo surgir una inexplicable furia desde el fondo de mi ser.

De pronto me vi secuestrada por mi propia emoción, simplemente no lograba quitármela de encima. Recuerdo que en ese momento mi jefe veía sorprendido la rabia reflejándose en mi cara, y llego a aconsejarme que tomara un par de días libres para “relajarme”.

Esa fue la primera vez que me cuestioné sobre mis emociones. ¿Por qué no podía gestionar el enojo?, ¿Porque me encontraba a merced de la ira? Por más que intentaba calmarme, mi cabeza simplemente me seguía contando historias de injusticia, castigo y resentimiento que solo acrecentaban mis sentimientos negativos.

Cuando no pude más, comencé a buscar una respuesta, una guía, algún curso que me ayudara a manejar mis sentimientos.

Encontré un curso presencial: “Aprenda a gestionar sus emociones”. Tenía días libres en la oficina, y estaba lista para encontrar respuestas, así que la decisión fue fácil: Me inscribí, y al día de hoy, ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.

Este curso fue mi iniciación al mundo del desarrollo personal, donde me interné en un viaje de autodescubrimiento y de comprensión de mí misma, de mis valores y creencias. Sin embargo, mientras más aprendía, más dudas me surgían: ¿Quién soy? ¿Qué quiero realmente? ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cuál es mi visión? ¿A qué aspiro en la vida?

Me tomó dedicación y tiempo encontrar estas respuestas. El camino del desarrollo personal requiere de asistir a muchos cursos y talleres, leer libros, pero, sobre todo, rodearse de personas que se encuentren en la misma búsqueda, con las mismas preguntas.

Eventualmente, descubrir el coaching personal o coaching de vida, se hizo inevitable. Y es a través de esta herramienta, que me permití adentrarme en mi mundo interior de una manera más profunda y encontrar algunas sombras que me fue difícil aceptar.

Y es que el camino del autoconocimiento también te muestra de cerca tus miedos, eso que no te permite atreverte a ir tras tus sueños, y las creencias limitantes que incluso te hacen experimentar sufrimiento e insatisfacción.

Así, cuando comenzamos a gestionar nuestras emociones, cultivando y manteniendo las más positivas, nos sentimos más satisfechos y productivos, nuestra autoconfianza aumenta y nos sentimos más seguros de nuestras habilidades y capacidades para lograr nuestros sueños.

Una vez que te has decidido a ser la mejor versión de ti mismo, encuentras otro de los innegables beneficios de practicar el desarrollo personal: Tu sensación de paz y felicidad aumenta exponencialmente.

Natural e inevitablemente comienzas a hacer cambios en tu rutina y hábitos cotidianos.

Las herramientas de desarrollo personal te invitan a cultivar el amor propio y el auto cuidado, y eventualmente, comienzas por ti mismo a alinear tu vida personal, tu carrera, tus pensamientos y tus acciones con tu verdadero Propósito de Vida.

Y si bien el proceso no es lineal, comienzas a entender y a confiar en que incluso en los momentos más oscuros, la solución se encuentra dentro de ti.

El desarrollo personal es una herramienta indispensable para una vida plena, y aunque requiere invertir tiempo, dinero y energía, los beneficios que trae a nuestra vida superan con creces nuestros esfuerzos.

Yo aún me encuentro en el camino del autodescubrimiento y cada día tomo la decisión consciente de seguir recorriéndolo por el resto de mi vida. Lo importante es decidir y dar el primer paso. ¡Te esperan grandes aventuras!

Hagamos un viaje hacia ti mismo. ¡Yo te acompaño! He preparado para ti una sesión de coaching gratuita donde descubrirás tus fortalezas y la mejor manera de usarlas a tu favor. Puedes agendarla aquí. Estaré feliz de caminar contigo.

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